x

Marta Moriarty

Contact:

General enquiries
info@martamoriarty.com

Mensaje de error

"Young, gifted and black"

En Febrero de 2014 llegué a Berlín con 38º de fiebre y sin abrigo para conocer a Kuzdanai Chiurai que presentaba una película en la Berlinale.
Cenamos juntos, él fuma, sólo teníamos esa noche, entre plato y plato salíamos al exterior por lo del cigarrito. Better don’t ask, pillé una neumonía, la mañana siguiente en Berlín fue un delirio febril en el que todo me parecía fascinante, me incorporé a un desfile militar, visité una galería y me emocioné hasta el llanto frente unos tímidos snowdrops . Al llegar a casa me metí en la cama y no salí de ella en quince días, estuve muy enferma.
Hicimos muchos planes, él prometió venir a Madrid antes de verano, se quedaría a vivir en mi estudio y prepararía una expo para Slowtrack, nuestra galería de entonces, también planeamos una residencia de un mes en Mallorca . Yo iba a ir en Octubre a visitar su exposición en el Museo Nacional de Zimbabwe , íbamos a trabajar juntos, nos entendimos muy bien.
En un momento de la cena delirante yo le hablé de mi pasión, “solo puedo trabajar y vivir apasionadamente, sin esa pasión todo pierde color y sentido “, algo así le dije.
Y él me habló de la suya, para Kudzanai Chiurai la pasión era un enemigo feroz del que se defendía día a día con las pastillas pertinentes, “Mi pasión es demasiado fuerte, lo trastorna todo, me desequilibra y destruye, ya lo ha hecho durante mucho tiempo, para trabajar y vivir necesito el orden y la templanza”, algo así me dijo.
Desde aquella noche en Berlín han pasado muchas cosas, él no vino a Madrid ni a Mallorca, su exposición en Zimbabwe se pospuso y cuando ocurrió yo ya no pude ir, le expusimos en Mexico y en Lisboa, vendimos su obra, le pedimos más, él nos quiso dar unas fotos nuevas para la próxima exposición en Madrid , yo le pedí pintura porque había visto un cuadro suyo muy bueno en Art Basel, no me contestó, no le contesté, me di cuenta de que había estado tonta, le escribí diciendo que sí a las fotos , me escribió diciendo que ya solo iba a trabajar con su galería de Sudafrica, me enfadé.
No sé si ahora estamos enfadados, no sé qué piensa de mí, yo no sé bien quién es él pero recuerdo aquella noche de Berlín y cómo su pasión, mucho más que palabras y sentimientos, barrió la mía.
Kudzanai Chiurai es uno de los grandes artistas de Africa y es un privilegio haberle conocido y tratado, Berlín, skipe, email, tanto google research, un privilegio exponer su obra y pensar en él. Sé que nuestra relación no ha acabado, ahora en nuestra ventana exponemos Moyo I,una de sus cuatro fantásticas piezas en mi colección, es una imagen de violencia, espiritualidad, muerte y eterno retorno. Volveremos a reunirnos. Somos Africa.

Comparte